Querida princesa...

No me crees, no me quieres escuchar, ¿porqué no te crees que eres guapa, maravillosa, adorable, encantadora, genial? Querida princesa, esto va por ti. Y sigues sin querer pensar que eres genial, prefieres ocultarte y decir que no, que solo digo mentiras sin sentido... y te recuerdo que en mi corazón está escrito en letra de fuego la promesa de amor que escribió el caballero, y como dice nuestro poema, te sigo queriendo, y no quiero que pienses eso de ti. Despierta, corre, salta, canta y sobre todo baila. Concentra tus emociones en el baile, que es donde te desenvuelves, y espero que algún día te caigas al suelo y entiendas esto, y te pongas en pie y digas que eres genial, aunque te caigas, porque las mejores personas no son las que no comenten fallos, sino las que aprenden de ellos y los superan. Supera que eres genial y ponte a ello, y al final, cambiarás el mundo, cambiarás el mundo a paso de danza...